Personaje Museístico: Nadia Comaneci




Cuando tenía 5 años, y mi hermana 7, mi madre nos llevaba a hacer gimnasia artística al Club Italiano de Adrogué. Sí, siempre me encantó el mundo de las perfectas verticales, los respetuosos caballetes, las imponentes barras asimétricas, los grandes saltos…pero en fin, con el paso del tiempo no tuve otra opción que aceptar que no me salía ni siquiera una medialuna, no subiría a ningún podio olímpico y, menos aún, no sería la nueva Nadia Comaneci (es decir, me “conforme” con mirar esta maravillosa disciplina deportiva, al día de hoy, por televisión). Y sí, son cosas que suceden…
Ahora vayamos a lo nuestro.



 Nadia Comaneci tenía 6 años cuando el renombrado entrenador rumano Bela Karolyi la descubrió haciendo piruetas en la escuela (inmediatamente la llevó al equipo juvenil rumano, en donde se destacaría muy pronto).

A partir del año 1970 la diminuta rumana comienza a arrasar con muchos títulos juveniles (inclusive el Mundial), y es en su primera actuación en los Campeonatos de Europa celebrados en Skien (Noruega), en 1975, cuando demostró sus excepcional talento pues superó con cuatro victorias individuales a la rusa Lyudmila Turishcheva, pentacampeona de Europa.

Un año después triunfó en Nueva York, donde, además de hacerse con la victoria en la Copa América, se convirtió en la primera mujer que realizaba el dificilísimo doble mortal de espaldas en la salida de su ejercicio de asimétricas. Pero fue en los Juegos Olímpicos de Montreal de ese mismo año donde se reveló como una auténtica prodigio de la gimnasia: fue la primera en lograr el primer 10 olímpico de la historia en las barras paralelas. Los marcadores electrónicos de las puntuaciones, al no estar preparados para tal puntuación (tenían un máximo de tres dígitos), reflejaron un anecdótico 1,00. Al respecto, Anca Grigoras, colega de Nadia en la selección, dijo: “el marcador no estaba preparado para la perfección”.



La brillante carrera de la “petite infante”, después de Montreal, comienza a decaer . Los años 1978 y 1979 se convertirían en los peores de la carrera profesional de Nadia debido a la presión que tenía que soportar y a sus problemas con el sobrepeso (típicos de las niñas de su edad). Debido a todo esto, en el Campeonato Mundial celebrado en Estrasburgo de 1978, se cayó al suelo en su presentación en las barras asimétricas, quedándose sin posibilidades (quedó cuarta).
“Los Juegos Olímpicos Universitarios” en Rumanía (1981) se convertirían en su última participación en un torneo, donde ganó todas las categorías individuales consiguiendo un total de cinco medallas de oro.
En 1984 y tras algunos meses de irregular competición (tenía una mano lesionada) decide retirarse a los 22 años. Años después se supo que la "reina de Montreal" había sido hecha prisionera de la camarilla de Nicolae Ceausescu y obligada a convertirse en la amante del hijo del dictador, Nicu. Finalmente, poco antes de los sucesos que acabaron con la ejecución de Ceausescu (1989), Nadia logró huir del país, en una fuga que, después de otros avatares, terminó felizmente en Montreal, donde fijó su residencia, y se dedicó a trabajar como modelo y promotora de una firma de ropa interior femenina y como asesora de las gimnastas estadounidenses (precisamente en ese país, Estados Unidos, conoce a al gimnasta americano Bart Conner -también campeón olímpico- con quien, en el año 1996, decide casarse, celebrando la boda en su país natal, Rumanía (la boda fue transmitida por televisión, convirtiéndose en el evento más visto en el país en la década de los 90).

 Cuando Nadia saca el primer 10 olímpico de la historia de la gimnasia yo aún no había nacido. Estoy segura que si la hubiera visto en vivo y en directo las lágrimas se me hubieran caído de los ojos, igual que le sucedió a mi madre y a millones de personas en todo el mundo.





Salud!.