Museo de la Pasta Dental


Ayer fui con Mariano al supermercado y, entre menudencias varias, me compré la pasta y cepillo dental para “dientes sensibles” que me había recomendado el odontólogo. Y sí, después del terrible dolor de muelas que pase hace aproximadamente un mes, ahora le presto mayores cuidados a la salud de mi boca (esto de la crema dental me hizo recordar cuando, siendo yo una pequeña niña, mi madre tuvo que “cancelar” la compra del dentífrico “Odolito” sabor frutilla ya que jamás pudo hacerme entender que no era para uso comestible).
Ahora vayamos a lo nuestro.


En la antigüedad el hombre ya le prestaba suma atención a sus dientes. Tal es así que, hace unos 4000 años, ser dentista era una de las especialidades más prestigiosas de la refinada cultura del Nilo (ya en esos tiempos los odontólogos sugerían curiosas “pastas” para conservar los dientes en buen estado. Estas eran muy abrasivas y estaban dotadas de un intenso sabor. Se fabricaban con piedra pómez pulverizada, sal, pimienta, agua, uñas de buey, mirra y cáscara de huevo. Con este popurrí realizaban el llamado “clister”, o lavado dental).
Los griegos desarrollaron muchas técnicas para la higiene y estética dental (se sabe que utilizaban orina humana como dentífrico, porque se consideraba que ésta contenía elementos blanqueadores). También en Roma era habitual el cuidado de la dentadura. El médico Escribonius Largus fue el que inventó una pasta de dientes que se hizo muy popular en el pueblo romano. En su momento, la formula magistral era todo un secreto, pero con el tiempo se supo que era una mezcla de vinagre, miel, sal y cristal muy machacado.
Con respecto a los chinos, estos elaboraron una pasta de diente con huesos de pescado (también utilizaron cenizas de cabezas de roedores, lobos y conejos y para no tener mal aliento bebían leche de cabra).
En la Edad Media los árabes no se quedaron atrás y también realizaron su pasta dental la cual tenía como ingredientes arena fina y piedra pómez. Sin embargo descubrieron que el uso de estos duros abrasivos perjudicaba el esmalte dental.


Avanzando un poco en la historia, llegamos al año 1842 cuando un dentista llamado Peabody agregó jabón por primera vez a la pasta de dientes. En 1850, el doctor Washington Sheffield Wentworth, un cirujano dental y farmacéutico, inventó la primera pasta de dientes. El Dr. Sheffield había estado utilizando su invención, que la llamó Creme Dentifrice, en sus propios dientes, y fue su hijo, Lucius, quién observó los tubos metálicos utilizados para las pinturas y colocó la pasta de su padre en este tipo de envases.
Con respecto a la pastaron fluor, su investigación tuvo inicio en 1901 cuando el dentista Frederick McKay observó que numerosos residentes presentaban manchas de aspecto desagradable y color café en sus dientes, el cual llegó a conocerse como “Mancha Café de Colorado”. Por este motivo el renombrado Dr. G.V. Black viajó, en 1909, a Colorado Springs para colaborar en la búsqueda de la causa de la misteriosa enfermedad. A raíz de esta enfermedad de “Colorado” la pasta dental fluorada aparece en 1914 y es introducida a los países industrializados a finales de los años 60.
Durante la Segunda Guerra Mundial fue producida por Auergesellschaft de Berlín, una compañía fundada por Carl Auer von Welsbach, la crema dental radiactiva de Doramad. En la parte posterior del tubo se indicaba lo siguiente: "Su radiación radioactiva aumenta la defensa de los dientes y de las encías. Las células son cargadas con nueva energía de vida, las bacterias se ven obstaculizadas en sus efectos destructivos. Esto explica el excelente proceso de curación y profilaxis de las enfermedades gingivales. Suavemente pule el esmalte, volviéndolo blanco y brillante. Evita el sarro dental. Maravillosa espuma y un nuevo, agradable, suave y refrescante sabor, debe aplicarse con moderación".
El producto se vendió por toda Europa. Por ejemplo, en Croacia, un anuncio proclamaba lo siguiente:
“Encantadora sonrisa y dientes brillantes y hermosos pueden proporcionarse a Ud. por la pasta dental Doramad radioactiva.
Clínicamente probado y preferida por hermosas mujeres de todo el mundo, Doramed es el último grito de la moderna higiene bucal. Por sus suaves rayos radiactivos, sigue siendo eficaz cuatro horas después de la aplicación. No daña el esmalte dental, evita el sarro, así como cualquier inflamación bucal. La sangre circula más fuerte, proporciona a las encías un color rojo fuerte. Los dientes, sin embargo, serán blancos como la nieve".
En fin, pasta dental para todos los gustos...

En 1980 la atención se centró en combatir el sarro y la hipersensibilidad dental. Así, alrededor de 1990 aparecen las pastas dentales dirigidas a eliminar el sarro y promover encías saludables al introducir el bicarbonato de sodio y otros ingredientes.


Si te interesó la historia del dentífrico podes visitar el Museo de la Pasta Dental ubicado en una clínica de Michigan (EEUU) donde el odontólogo Kolpakov expone toda su colección de pastas dentales.
Si este museo te queda un poco lejos, también tenes la opción de la página web (aclaro que está en inglés). Dicho portal exhibe la mayor colección de dentífricos del mundo. Tanto es así que el programa "Ripley's Belive it or not" ("Aunque Ud. no lo crea") realizó una emisión dedicada al museo y a varios de sus más especiales artículos (entre las pastas más modernas presentaron la de Los Simpson, Snoopy y Tom y Jerry. Entre los artículos más antiguos pudieron verse los jarros cerámicos del siglo XVIII).
En este museo también se exhibe el polémico dentífrico Darkie ("negrito") cuyo nombre y logo fueron encontrados ofensivos por organizaciones de defensa de los derechos civiles. Cuando Colgate compró la compañía Hazel & Hawley Chemical, inmediatamente cambió su nombre y su presentación.
Otro tubo dentífrico estelar fue uno que perteneció a un soldado alemán y que fue encontrado con un detector de metales en un campo de batalla europeo durante la Segunda Guerra Mundial. Entre los que más orgullosamente exhibe el sitio están el dentífrico con gusto a whisky y el Hopalong Cassidy, el artículo más caro de la colección.

Post dedicado nuevamente a Silvia "Pichi" Tomasino, la mamá de Mariano que es odontóloga y a quién quiero mucho, y al Dr. Miguel, mi dentista de Adroqué que me hace sonreír sin culpa!.
Salud!.